Pasamos la vida buscando a
través de la lectura, de terapias, talleres y cursos, incluso buscando a gurús,
iluminados, profetas, mesías, etc. intentado que nos muestren el camino de la
iluminación, del éxito, del poder y de la curación.
La continua lucha de poder
encontrar ese camino que buscamos que ni siquiera sabemos cuál es, ni dónde nos
lleva, pero necesitamos comenzar a pisarlo para conseguir lo que nuestra alma
anhela.
Hay tantas terapias para buscar
ese camino… Reiki, Registros Akáshicos, Flores de Bach, Tarot, EFT, Péndulo,
Biomagnetismo, Auriculopuntura, Bioneuroemoción, Cromoterapia, Sonoterapia,
Hipnosis Regresiva, Regresiones a vidas pasadas, Sanaciones de todo tipo,
etc. un sinfín de terapias y talleres. Tantas ayudas para poder encontrar el
equilibrio físico, mental y emocional que necesitamos. Conseguir organizar esta
envoltura física que hemos adquirido para poder vivir esta gran experiencia
llamada vida y poder asimilar las experiencias que encontramos a cada momento
en nuestro día a día.
Siempre buscando en el exterior
para poder encontrar el camino interior. Estamos acostumbrados a conseguir lo
que necesitamos en esa dimensión densa con nuestras manos, ver con los ojos
externos, oír con nuestros oídos externos, etc. esos cinco sentidos, tan
necesarios que usamos para poder movernos en el exterior. Esto que buscamos no
se puede hallar en el exterior, nunca lo encontraras en ningún sitio que no sea
en el corazón. El mapa de vuelta que todos buscamos está dentro de nosotros,
cada uno el suyo, todos diferentes. Tantos caminos, tantos mapas como almas hay
por la tierra.
Recordar a cada instante quienes
somos, seres espirituales con una envoltura física llamada cuerpo o vehículo,
que nos sirve para poder vivir experiencias a través de él, y con el único
objetivo de recordar quienes somos.
Dejar de identificarnos solo con
la envoltura física, y unificar cuerpo y alma, mente y espíritu… la dicotomía
del principio de los tiempos, desde que nos identificamos con la dualidad,
desde que se separó el corazón y la mente, desde que tú eres tú y yo soy yo,
desde que Adán y Eva se vieron desnudos y les dio vergüenza su desnudez.
Podríamos escribir miles de
palabras para poder explicar lo que todos sentimos en nuestro interior, poner
tantos sinónimos, tantos “etc”… como dualidad existe en nuestra amada tierra,
pero sería volver a caer en lo mismo, la dualidad.
Cada cual debe encontrar su
camino que no es otro que el interior. No buscar fuera lo que está dentro, cada
uno de nosotros tenemos la llave de nuestra caja de pandora. No existen
talleres ni terapias milagro.
A cada uno de nosotros nos
acompañan guías espirituales de conciencia más elevada y ellos son los que
saben que es lo mejor para nuestro recordar, para nuestra apertura de
conciencia. Ellos se comunican a través de nuestro corazón. La quietud y el
silencio es la herramienta para reconectar con ellos.
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