viernes, 6 de noviembre de 2015

Merkaba



Para poder explicar qué es el Merkaba se debe explicar en forma general el flujo de energía y los campos de energía que rodean al cuerpo humano. La primera definición se refiere Prana o Chi – está es la fuerza de la Vida. Esta energía invisible existe en todo lugar en el universo en grandes cantidades. Prana se introduce en el cuerpo por la coronilla de nuestras cabezas (por esta razón hay un orificio en los cráneos de embriones nonatos). El mayor flujo Prana corre a través del centro de nuestro cuerpo semejando a un tubo. De allí fluye dentro de siete centros principales conocidos como Chakras. Esta palabra en Indio Sánscrito significa “rueda rotante”, por la apariencia de estos complejos flujos energéticos. Según los antiguos egipcios existen trece chakras que se relacionan a diferentes centros de energía.
De las "Chakras" salen líneas energéticas (meridianos) que llegan a cada una de nuestras célula. Los campos tienen precisas formas geométricas. Cada una de ellas está formada de tres idénticos  en nuestro cuerpo. Poseemos un campo Prana que rodea nuestro cuerpo resultante de los meridianos y del flujo Prana. Luego, también existe el campo del aura. El campo del aura es un campo energético con forma oval que rodea nuestro cuerpo y cambia de color de acuerdo con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Después del aura poseemos cientos de campos electromagnéticos. Estos campos poseen precisas formas geométricas. Cada uno de ellos está formado por tres campos idénticos con la misma medida y forma.
El activar la Merkaba alrededor de nosotros nos permite aprender a trabajar con nuestros campos de energía y alinearnos con la Fuente de Luz, creando un espacio sagrado.
Merkaba incorpora varias técnicas de meditación profunda que amplifica la energía del corazón, elevando la energía del cuerpo físico, mental, y emocional. Nos da la habilidad para sintonizarnos a más altas frecuencias y acceder a la información de los seres de Luz elevada, Maestros, Guías, Ángeles. 

La activación de los campos de Merkaba nos ayuda a un notable cambio de enfoque de la conciencia, ya estar conscientes de otros niveles de realidad. Estos ejercicios espirituales los utilizaban las antiguas escuelas Místicas de Lemuria, Atlantis, Egipto y otros, para purificarse y expandir su entendimiento.
 
Merkaba para curación y balance

Las variedades de beneficios del uso de Merkaba son muy variadas:
Es un muy poderoso instrumento de curación y protección. Al utilizar la antigua técnica respiratoria Prana, somos capaces de restaurar el flujo Prana a través de la glándula pineal en el centro de nuestro cerebro. Este revivido uso de nuestra glándula, que ha estado virtualmente dormido durante 13,000 años, permite el realzado uso de nuestras habilidades telepáticas y extrasensorias.

El  Merkaba balancea y revive las actividades entre las dos  partes de nuestro cerebro. Tal entrenamiento fortalece nuestras sensibilidades y habilidades mentales, (actualmente utilizamos tan solo entre 5 y 10% de nuestro cerebro). EL Merkaba nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual. Nos conecta con nuestro yo supremo (por ejemplo, nosotros mismos en un nivel de conciencia más alto).

El  Merkaba nos permite sentir amor incondicional curándonos a nosotros mismos y a otros. Nos da la posibilidad de crear todas las clases de realidades armoniosas que deseemos. El Merkaba puede ser “programado” para hacer cualquier cosa (el único inconveniente es nuestra propia creencia e imaginación). El Merkaba es también un instrumento que puede ser utilizado para trascender dentro de otras dimensiones. Revividos estudios y prácticas del Merkaba están emergiendo alrededor de todo el mundo después de tantos años de haber sido reprimido de diferentes fuentes.

LA MEDITACIÓN MERKABA
  1. Asumimos la postura corporal y el mudra elegidos.
  2. Cerramos los ojos. Nos concentramos en nuestra respiración, sin modificarla aún.
  3. Reducimos nuestro ritmo respiratorio, tanto como nos sea posible.
  4. Visualizamos nuestra Merkaba, nuestra estrella tetraédrica, en el centro de nuestro pecho.
  5. Imaginamos que nuestra estrella empieza a girar, lentamente. Inhalamos, y visualizamos el aire que ingresa a nuestro cuerpo, viaja hasta nuestro pecho e ingresa a la estrella; al hacerlo, au¬menta un poco la velocidad con que gira nuestra Merkaba.
  6. Continuamos respirando, visualizando cómo nuestra Merkaba gira a una velocidad cada vez más mayor.
  7. Cuando la Merkaba viaja a una velocidad tan rápida que sus bordes ya no son nítidos y vemos sólo una estela circular, imaginamos que la estrella empieza a crecer, lentamente.
  8. Visualizamos que la estrella continúa creciendo hasta exceder nuestro cuerpo; ya no es una estrella dentro de nuestro pecho, sino que nosotros estamos dentro de la estrella.
  9. Nuestro Merkaba continúa girando a una velocidad prodigiosa. Visualizamos que del centro de nuestro pecho se enciende una pequeña luz.
  10. Con cada inhalación, la luz va creciendo, expandiéndose en todas direcciones, lentamente, hasta cubrir completamente nuestra Merkaba.
  11. Exhalamos, y al hacerlo, la velocidad con que gira nuestra Merkaba va disminuyendo, muy lentamente, pero la luz blanca que la cubre no pierde intensidad ni tamaño.
  12. Continuamos respirando hasta que nuestra Merkaba se ha detenido. Llevamos nuestra atención a la luz que nos cubre.
  13. Exhalamos, y al hacerlo, nuestra Merkaba va reduciéndose lentamente, hasta regresar a su lugar original en el centro de nuestro pecho.
  14. Llevamos nuestra atención a la respiración. Recuperamos lentamente su ritmo normal.
  15. Abrimos los ojos, lentamente.


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