martes, 10 de marzo de 2015

Akhenaton y su maestro Amenhotep.

Escucha o gran príncipe.
El inquieto y avispado Akhenaton volvía loco a
su maestro Amenhotep. Cada atardecer el niño acudía a la presencia del maestro en el palacio de Malkata. Tal era la orden explícita de Amenofis III respecto de la educación de sus hijos. El joven príncipe parecía estar a menudo en una profunda abstracción psicológica. No tanto por que no atendiera, sino por que las palabras de su maestro le transportaban sin desearlo a un estado de conciencia, en el que el tiempo y el espacio se convertían en otras presencias y otras sensaciones atemporales.
Escucha príncipe; estos son los misterios principales que tendrás que aprender para adentrarte en el mundo de los misterios absolutos. Solo viviendo estos principios podrás traspasar los muros de la ignorancia de la carne. Solo traspasando estas puertas podrás viajar a la morada de los dioses.
Todo es mente, querido hijo. Todo lo que ven tus ojos, perciben tus sentidos o puedes aislar en este mundo es el resultado de una idea, de una mente que lo ha diseñado, que los ha pensado. Todo elemento manifestado tiene detrás un principio no manifestado. Los ojos de la carne solo pueden ver el mundo de la materia, pero los ojos del espíritu ven el espíritu que compenetra hasta la más simple partícula de este mundo. Todo tiene mente, todo piensa, todo se moviliza con una lógica. No existe el azar. Todo sigue el plan del creador de cada elemento y todos los creadores, siguen el plan del Profundo.
¿Lo has entendido, hijo mio?.
Si mi amado maestro.
Recuerda siempre que cuando golpeas una piedra o aplastas una lombriz, golpeas una idea, un espíritu y el principio de la continuidad. Todo está donde debe estar, siguiendo un preciso plan.
¡He aquí el segundo de los sagrados principios que nos enseñaran los antiguos dioses!: Lo que esta aquí, y lo que perciben tus sentidos, es la replica exacta de lo que esta allí y solo percibe tu espíritu. Lo que es arriba es abajo. Dios y tu sois una perfecta réplica. Si matas a tu vecino matas a Dios. Si desprecias a otro te desprecias a ti mismo y desprecias a Dios. Este Universo es la consecuencia del otro. Y los dos, son una misma cosa en el principio mental que antes te he explicado.
¿Lo has comprendido hijo mio?.
Si amado maestro.
El tercer principio dice: Todo, absolutamente todo, incluso las piedras más viejas que parecen inertes, tienen movimiento, tienen vibración, tienen el hálito del espíritu. Nada de lo creado deja de participar de Dios, todo vibra, todo se dinamiza, todo se transforma con el paso del tiempo. Esta roca mañana será una flor, esa flor será un pez y ese pez mañana será un hombre, pues todo es movimiento en la mente de Dios.
¿Has comprendido hijo mio?.
Si amado maestro.
Existe la noche y el día, la sonrisa y la lágrima, El bien y el mal. Deberás entender por tanto que todo tiene su opuesto o su contrario en este Universo bipolar en el que vives. Pero recuerda, hijo mío que Dios es el uno y el otro, el bien y el mal. Si solo integras un extremo en tu vida, serás un adepto y un fanático de uno de los dos lados de la realidad, La clave esta en el equilibrio. Recuerda que de la basura más pútrida nace la más bella de las flores. Por tanto la una y la otra son necesarias y viven juntas. Es así como se manifiesta la vida. ¿Has comprendido hijo mío?
Si amado maestro.
El quinto principio que nos enseñaran los viejos dioses es: Que todo tiene su ritmo, que todo vive en un eterno crecimiento hacia una mayor y mejor evolución. Nada esta por casualidad. Nada esta perdido. Todo esta caminando hacia una absoluta perfección. El mosquito vive un día, la roca cientos de miles de años, pero el uno y la otra se transformarán y de su muerte nacerá otro ser más perfecto, que tendrá dentro la memoria de los dos anteriores.
¿Has comprendido hijo mío?.
Si amado maestro
Es importantísimo que comprendas que, toda causa desencadena un efecto, que si alteras el equilibrio de las cosas se causan efectos y consecuencias. Si ahora siembras vientos, mañana recogerás tempestades. Si ahora no quieres trabajar, mañana te morirás de hambre. Si en esta vida matas, en la siguiente morirás de la misma manera hasta que comprendas que hay que respetar la vida. Piensa por tanto bien tus acciones. No maldigas ahora tu penosa vida, puesto que es la consecuencia segura de la errada vida anterior. Si ahora eres cojo, ayer amputaste la pierna a tu semejante.
¿Has comprendido hijo mío?
Si amado maestro.
Por último debes recordad que siempre hay un principio masculino y un orden ascendente y un principio femenino y orden descendente. Esta el ángel y el diablo, pero los dos son necesarios puesto que uno te enseña el bien y el otro el mal. De la unión de los géneros, nace el tao, nace la perfección. No juzgues por tanto por la aparente realidad de un solo lado, de un solo principio, puesto que también existe el otro.
¿has comprendido hijo mío?
Si amado maestro.

Aquellos principios, aquellas enseñanzas fueron las que guiaron la vida y obras de Akhenaton, el Faraón hereje. Eran las enseñanzas que el mismo, cuando fue Thot había traído desde la Atlántida antes de hundirse. Eran enseñanzas que recordaban en el niño, al viejo maestro que había en su espíritu.

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