Todos y cada uno de nosotros contenemos la energía femenina y
la energía masculina. En diferentes momentos del día usamos una u otra,
dependiendo de cómo tengamos que manejar la situación en ese momento.
El principio de la Generación
"La generación existe por doquier. Todo tiene sus principios
masculino y femenino. La generación se mantiene en todos los planos"
El Kybalión
Hemos estado bajo la radiación de la energia masculina,
energía de protección, de voluntad, de impulso pero estamos regresando a la
energía de la Madre tierra, a la energía de la Diosa que tenemos cada uno
dentro. Estamos retornando al aspecto femenino de la creacion, energía del
cuidado, de la generosidad y de la compasión.
La energía femenina es la energía del cambio, de la
transmutación. Sentir nuestra energía femenina es sentir la fusión, es de
dejarse Fluir con todo lo que nos rodea, es sentir la capacidad de entrega, la
capacidad de albergar y de cobijar.
La energía masculina es el aspecto que está enfocado
exteriormente, es una manifestación externa. Por lo tanto comprende una intensa
fuerza creativa en movimiento. Es natural para la energía masculina estar
altamente enfocada y orientada hacia un fin. De esta manera, la energía
masculina crea la individualidad y os permite separaros de la Unidad, de la
Totalidad, y ponerse de pie solos.
Estos dos tipos de energías confluyen en el ser
humano. Somos seres duales y poseemos en nuestro interior lo masculino y
lo femenino… el DIVINO MASCULINO Y EL DIVINO FEMENINO.
Ahora es el momento de dar cobijo a nuestra energía
masculina, de transmutarla y así, integrarla en nuestra vida... Integrar las
polaridades… fusionar lo opuesto. Cuando todo esto lo logremos despertara el
PODER SAGRADO FEMENINO.
Los hombres y las mujeres han sido heridos en el
pasado. La herida de la mujer se encuentra en el útero y la herida del hombre
en lo más profundo de su corazón.
Debido a que las energías masculinas fueron las
dominantes en el pasado, y las energías del poder y la opresión, los hombres se
vieron obligados a cerrar su corazón. Tenían que ser fuertes y duros, esta fue
la imagen ideal de ser hombre. Pero de esta manera los hombres se alejaron de
su corazón (de lo femenino, de los sentimientos). Muchos hombres se encerraron
en sus mentes, se hizo difícil para ellos expresar sus emociones y
sentimientos. Por su parte, la mujer debido a la herida en su útero perdió su
poder, su fuerza creadora. Encerrando sus sentimientos y su autoestima en lo
más profundo de su corazón. Perdió la conexión con el exterior, con sus raíces
ancestrales. Aislándose y perdiendo su esencia.
Es tiempo de volver a casa, a nuestros corazones, de
unir, integrar y amar el masculino-femenino que tenemos todos dentro.
No se trata de culpabilizar al hombre y a la mujer,
sino de unirlos y comprenderlos. Que el
hombre retorne a su corazón, conectando con sus sentimientos y que la mujer
reconozco la diosa que lleva dentro y reconecte con su esencia y su sexualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario